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»Si alguien me presenta un ternero como ofrenda, éste deberá ser un macho sin ningún defecto. Lo llevará a la entrada del santuario, 4-5 y allí pondrá su mano sobre la cabeza del ternero, y lo matará. Así, yo recibiré su ofrenda con agrado, y le perdonaré sus pecados.

»Los sacerdotes me presentarán la sangre del ternero, y luego la derramarán en los cuatro costados del altar.

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